La independencia son razones de sobra para estar dentro del reciclaje
El fenómeno del “Niño”, el acólito del carretero.
Germán Moreno es un carretero más de la ciudad de Bogotá ya aunque no esta de moda subirse en las carretas, si no se esta en paro, el mejor lo hace para su supervivencia.
Por: Marilyn Celis
El reciclaje es un medio de supervivencia, hay familias que no se encuentran necesariamente en la carrera 30 con avenida 19, o en la localidad de Ciudad Bolívar, este es el caso de Luis Germán Moreno Reina, un hombre de 46 años de edad, nacido en Bogotá y vive en donde anteriormente viviría la flor innata de la sociedad, pero que poco a poco ya ni viven fuera de Bogotá, por: “los nuevos levantados”. En el barrio Juan XXIII.
El barrio parece un pesebre a comparación del barrio que le queda pasando la vía, en la calle 65 con carrera primera, su casa es azul de dos pisos, quien pensaría que podría pasar un mercedes a cualquier hora del día, aunque ello preferirían subir por la circunvalar o por la calle 72. Es acá donde él a salido adelante con el reciclaje, este hombre recoge desde escombros, cajas, chatarra, lo que el que sea trabajo, “es un trabajo que uno tiene de toda la vida”.
Germán es un hombre de aproximadamente 1.57 cm de estatura, de complexión gruesa, con una leve barriga que se la sale talvez por consumir unos tragos de más o por las horas tan largas de pasarla sentado, su color de piel es trigueña, su cabello negro con un corte no muy específico pero corto, sus ojos son negros sin expresividad, su cara un poco redonda y sus mejillas ligeramente rosadas, por los climas que afecta el fenómeno del “Niño”.
Pero este personaje no vive solo, tiene cuatro hijos; tres hijos, dos hijas que se llaman: Yuly, Milena y Leidy Tatiana y el niño se llama Luis Julián Moreno; y sus nietos que son tres, se llaman: Santiago Castro, Daisy Torres y Luna Castro. Es esta la familia por quien se desvela desde las 5:00 de la mañana y máximo 10:00. 10: 30 de la mañana o 2:00 de la tarde, ya que el le dedica tiempo al descanso y por su puesto se preocupa por su caballo.
“Niño” es el nombre de su acompañante, de las largas jornadas, sale a las cinco de la mañana de Chapinero Alto hasta la cale 127 y regresa, baja hasta el Siete de agosto, y pasa por el Doce de octubre, ahí vende cajones y se devuelve a la casa. Es una extenuante pero se reconocen los $ 100.000 pesos que gana diariamente.
Todas la personas del barrio lo conocen, pues le gusta la “pochola” y porque no jugar fútbol en una cancha que queda pasando una loma a lado de su casa, en el quipo hay de todas las edades y al perecer lo disfruta mucho, a pesar de que su esposa es muy malhumorada, no lo es tanto con Germán ya que llevan de casados desde que ella tenía 14 años de edad; es una mujer emprendedora que tuvo un trabajo de oficina, pero que prefirió cuidar a sus hijos, ser independiente y no soportar un jefe injusto y altanero, todo por un mismo salario.
Los gastos de la casa entre estos los $60.000 pesos del alquiler de una bodega donde guarda lo que recicla, su salud todo va por cuenta de lo que el reciclaje les ha dado, y a pesar de que se dan cuenta del ir y venir de las “ ayudas “ por parte del gobierno, no se quejan, pero eso sí no cambiaría por nada lo que hace, se siente muy orgulloso, como deberían estarlo toda la comunidad Bogotana por tener personas que se preocupan por una de las cosas que deberíamos hacer desde casa.
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