martes, 11 de mayo de 2010
jueves, 29 de abril de 2010
Colombia es cosa de locos.
Por Marilyn Celis
En Colombia, estamos en pleno desorden por las próximas elecciones presidenciales. Son toda una conmoción pues estamos agobiados y especialmente yo por una larga candidatura de nuestro “respetadísimo“presidente Álvaro Uribe Vélez. Pues ya faltaba una oxigenadita a disque lo que llamamos democracia.
Vemos mucha gente pavonándose diciendo muy orgullosos por quien van a votar. ¿Pero esto será cierto?¿O es qué acaso van a hacer lo mismo de la votaciones pasadas por
Todos vendiéndose, claro menos yo, porque ni siquiera ejercí mi “derecho al voto”, y es qué acaso lo tengo, y ¿ usted lo tiene?. Por mi parte no creo que ningún ciudadano lo tenga pues como fue qué se llevo acabo lo de las votaciones y por cuantos días, y además no creo que nadie sepa realmente las intenciones de los candidatos presidenciales; ya que a pesar de que se hagan alianzas, promesas y todo el cuento que le corresponde a la política; la verdad es que Colombia esta patas arriba, solo que nadie lo admite.
A veces ni se tiene para el bus, eso en Bogotá, que será en las regiones más periféricas del país; tal vez me equivoque y algún candidato se salve y realmente tenga buenas intensiones y no quiera darle partido a lo que significa ser presidente, pues quién no querría la pensioncita que les queda después de su periodo presidencial, fuera de lo que a costa del pueblo se gana, eso sería, lo que para un futbolista reconocido se gana en publicidad.
Espero que lo que se haga en campaña, no quede en eso, y que no se nos olvide que la tal seguridad democrática es una obligación para todos los presidentes, y no una propuesta; que todos los días los jóvenes se están acabando en la calle, porque ven la salida en los proxenetas de los barrios, pues al parecer al estado le conviene más apoyar un metro, que la inseguridad y la educación por la que sufren miles de niños y jóvenes, ¿Cuántos niños nacieron hoy? ¿Qué futuro les espera? ¿Es qué acaso la naturaleza espera?, pues no solo hay que preocuparse por quien nos gobierna.
Aurelijus Rutenis Antanas Mockus Šivickas, Germán Vargas Lleras , Rafael Pardo Rueda, Noemí Sanín, Juan Manuel Santos y Gustavo Francisco Petro Urrego, necesitaran más que formulas presidenciales y publicidad una lucha contra la corrupción , porque a decir verdad puede que alguien le salga por delante, si en otras elecciones dieron tamal, materiales de construcción, para este cargo no seria raro que el pueblo con terrorismo salga pagando los platos rotos del mal manejo de poder. No sería raro ver a Rodrigo Rivera candidato presidencial del Pin.
jueves, 15 de abril de 2010
El fin no justifica los medios
“El amor es para siempre aunque sea imposible”
La diferencia de clases ha hecho que dos personas se separen, a pesar de que el fruto de su amor sea la unión entre ellos, ante la sociedad sentencia su separación.
Por: Marilyn Celis Pachón.
Eliécer Cantillo, gran doctor de la ciudad de Villavicencio es muy reconocido por su labor, él es un hombre con un temperamento variable a pesar de que de sus 3 hijas la menor tiene más privilegios que las otras, es por eso que solo para ella, el 5 de marzo de 1990 se llevará a cabo una despampanante celebración, publicada en los medios como:”los quince años de Doris, hija del gran doctor”.
Al enterarse de la ceremonia, la flor innata de la sociedad de villao; están a la expectativa pues será el evento del año, pero no solo ellos, Doris, no sabe lo que le tiene preparado su padre, con su madre Ana, es por eso que antes del cumpleaños será una gran sorpresa, la serenata de música criolla ,preferida por el padre.
El día esperado, ha legado y Doris en su noche esta con las personas que más ama. Pero el destino le tiene preparado la legado de un ser más que ocupara su corazón; es entonces que en la fiesta sale un quinceañero, muy atractivo, su mirada es serena, pero cautiva a la feliz homenajeada, y con sus coplas llenas de picardía, endulza el oído de la flor del jardín.
Doris es delgada, con nariz chata pero linda, sus ojos son cafés oscuros como los de su padre, su boca es la de su madre y su cabello es negro azabache y muy liso, por el contrario El muchachito de nombre Oscar, es acuerpado, trigueño, con boca gruesa y seductora, ojos negro penetrantes y cejas espesas; estas características hicieron que los dos jóvenes se atrajeran mucho más, pero su padre no lo noto.
Es por eso que en las tardes después del colegio y en las noches, con excusas, los dos flechados salían sin rumbo pero unidos, solo ellos dos se ataban, no había nadie más, solo el miedo que invadía sus cuerpos al pensar lo que el padre de Doris haría al enterarse de lo que pasaba. Pero eso no fue suficiente para que una noche en uno de sus aniversarios clandestinos, los cuerpos se llamara y danzaran con el sonido del amor, entre estrellas y un aluna llena amarillenta que los acompañaba fue testigo de lo que ocurrió.
Y al pasar los meses Doris noto el cambio de su vientre, y mientras lo observaba su padre la sorprendió. Pero esto no fue suficiente pues ella no callo, y declaró su amor; el padre le temía al que dirán y decidió negarle el hijo que en sus entrañas por 5 meses llevo. Eliécer supo que ese hijo era de Oscar, el muchazo que dio la función como muestra de amor, de parte suya y con más ira la levo a un centro de atención.
El centro era oscuro, y las enfermeras no tenían cara de enfermeras, es por eso que ella sintió algo muy adentro, un dolor, un miedo, y en su mente llamaba a su amado, pero esto no fue suficiente. Le hicieron desnudar, poner una bata recostarse, y en medio de las luz que cegaba sus hojas sintió un leve pinchazo, era anestesia local, pero cuando escucho un ruido, de una máquina sintió la presencia de la muerte misma, y el dolor en su vientre hacia que sintiera que se desgarraba viva, vio un túnel pero de ahí no volvió a salir.
Es entonces por eso que yo el compositor de esta historia, que no revelo mi nombre, quiero que quede incógnita, me asombro de la historia de Oscar, mi amigo que vivió el amor que es para siempre, aunque sea imposible, en la cárcel sin Doris, pues su padre le acuso a él del delito. Se dice que le alma en pena de Doris ronda todas las noches y se junta todas las noches de Luna llena con su amado.
La independencia son razones de sobra para estar dentro del reciclaje
El fenómeno del “Niño”, el acólito del carretero.
Germán Moreno es un carretero más de la ciudad de Bogotá ya aunque no esta de moda subirse en las carretas, si no se esta en paro, el mejor lo hace para su supervivencia.
Por: Marilyn Celis
El reciclaje es un medio de supervivencia, hay familias que no se encuentran necesariamente en la carrera 30 con avenida 19, o en la localidad de Ciudad Bolívar, este es el caso de Luis Germán Moreno Reina, un hombre de 46 años de edad, nacido en Bogotá y vive en donde anteriormente viviría la flor innata de la sociedad, pero que poco a poco ya ni viven fuera de Bogotá, por: “los nuevos levantados”. En el barrio Juan XXIII.
El barrio parece un pesebre a comparación del barrio que le queda pasando la vía, en la calle 65 con carrera primera, su casa es azul de dos pisos, quien pensaría que podría pasar un mercedes a cualquier hora del día, aunque ello preferirían subir por la circunvalar o por la calle 72. Es acá donde él a salido adelante con el reciclaje, este hombre recoge desde escombros, cajas, chatarra, lo que el que sea trabajo, “es un trabajo que uno tiene de toda la vida”.
Germán es un hombre de aproximadamente 1.57 cm de estatura, de complexión gruesa, con una leve barriga que se la sale talvez por consumir unos tragos de más o por las horas tan largas de pasarla sentado, su color de piel es trigueña, su cabello negro con un corte no muy específico pero corto, sus ojos son negros sin expresividad, su cara un poco redonda y sus mejillas ligeramente rosadas, por los climas que afecta el fenómeno del “Niño”.
Pero este personaje no vive solo, tiene cuatro hijos; tres hijos, dos hijas que se llaman: Yuly, Milena y Leidy Tatiana y el niño se llama Luis Julián Moreno; y sus nietos que son tres, se llaman: Santiago Castro, Daisy Torres y Luna Castro. Es esta la familia por quien se desvela desde las 5:00 de la mañana y máximo 10:00. 10: 30 de la mañana o 2:00 de la tarde, ya que el le dedica tiempo al descanso y por su puesto se preocupa por su caballo.
“Niño” es el nombre de su acompañante, de las largas jornadas, sale a las cinco de la mañana de Chapinero Alto hasta la cale 127 y regresa, baja hasta el Siete de agosto, y pasa por el Doce de octubre, ahí vende cajones y se devuelve a la casa. Es una extenuante pero se reconocen los $ 100.000 pesos que gana diariamente.
Todas la personas del barrio lo conocen, pues le gusta la “pochola” y porque no jugar fútbol en una cancha que queda pasando una loma a lado de su casa, en el quipo hay de todas las edades y al perecer lo disfruta mucho, a pesar de que su esposa es muy malhumorada, no lo es tanto con Germán ya que llevan de casados desde que ella tenía 14 años de edad; es una mujer emprendedora que tuvo un trabajo de oficina, pero que prefirió cuidar a sus hijos, ser independiente y no soportar un jefe injusto y altanero, todo por un mismo salario.
Los gastos de la casa entre estos los $60.000 pesos del alquiler de una bodega donde guarda lo que recicla, su salud todo va por cuenta de lo que el reciclaje les ha dado, y a pesar de que se dan cuenta del ir y venir de las “ ayudas “ por parte del gobierno, no se quejan, pero eso sí no cambiaría por nada lo que hace, se siente muy orgulloso, como deberían estarlo toda la comunidad Bogotana por tener personas que se preocupan por una de las cosas que deberíamos hacer desde casa.
lunes, 12 de abril de 2010
Las humillaciones, hacen que hombres pobres sean grandes
Zorreros o carreteros gran paradoja
El corazón de la zona industrial muestra la realidad de unos pocos.
Por: Marilyn Celis
Guillermo Buitrago, con aproximadamente 25 años de edad, el color de su piel es blanca y no muy deteriorada por sus largas jornadas de trabajo bajo el tiempo de lluvia o sol, de complexión delgada , su cara es delgada y posee un bigote y barba con el estilo candado, no muy espesos, sus ojos son cafés oscuros pero tranquilos y medianos, demuestran gran expresividad, de que ha vivido experiencias nunca contadas, cejas espesas y pestañas largas, oscuras; su boca es delgada y sus dientes no están en mal estado.
Este personaje, vive en compañía de sus cinco hijos y esposa Janeth, en una humilde casa que tiene a penas para lo necesario en cuanto lo servicios de luz y agua, pero que aun así no todo el mundo tiene, detrás de Carrefour de Paloquemao, en pleno corazón de la zona industrial en la 30 con cale 19, esta ubicado el barrio Colombianita.
Colombianita, es un mundo a parte dentro de la ciudad de Bogotá, ya que por no tener la ayuda o el beneficio de muchos barrios “legales”, tiene su propia organización, es así como se da
Uno de los ejemplos de la organización son los lugares estratégicos que tienen para aparcar sus carretas, pues bien
Por si no fuera poco, los carreteros son excluidos en una sociedad elitista que se le olvida el papel tan importante que ellos hacen diariamente, que es el de reciclar, y con sus insultos y miradas poco amables les hacen entender que no son muy bienvenidos a la ciudad, ciudad que es de todos, blancos negros, ricos, pobres, habitantes de calle y por que si podemos vivir con las llamadas prepago y los proxenetas.
Estas familias tiene que vivir en medio de casas, que ni siquiera se les puede decir prefabricadas, por su estado pero que familias como la de Guillermo, han conservado el calor humano, y no se han dejado llevar por la plata mal habida, sus pocas cosas personales como un televisor, un DVD, un equipo de sonido, camitas, comedor, entre otros muebles dignos del confort, han sido traídas como se diría: “con el sudor de su frente”.
Para muchos los carreteros son “escoria, habitantes de otro planeta”, pero ¿Por qué pasa esto? ¿Es que acaso no se ha acabado la era de la discriminación? ¿Cuál es la solución a estos problemas? Al parecer los carreteros son una cultura que forma una totalidad de una nación, con su propia identidad de hecho muy marcada e ignorada pero discriminada.
La pobreza y la injusticia se han convertido en íconos para los habitantes de
martes, 6 de abril de 2010
Los atracos son un trabajo sin día libre
Sábado Santo, tiempo de reflexión, pero al parecer no para todos
Por: Marilyn Celis
Sábado 7:00 de la noche; un día no tan normal por ser Semana Santa, en el mes de abril de 2010. La gente va caminando hacia las capillas e iglesias de Galicia, La Estancia y Perdomo, barrios de gente común en el sur de Bogotá. En medio del silencio por la muerte de Nuestro Señor: Jesús, y la visita de su sepulcro, la cotidianidad no es tan anormal, pues los trabajadores de la noche no interrumpen ni por un segundo su labor.
La noche es fría, oscura, tranquila, pero algo pasa en el barrio Galicia. Una pareja sale a caminar, cogidos de la mano y con el pensamiento de santidad, “pues a pesar de los últimas noticias del papado y de quienes lo conforman” el tabú: de lo sagrado persiste, qué más da antes no se podía ni jugar, ni hablar ni respirar- dice Luz Marina, una mujer de 47 años de la época de los sesenta o setenta.
Pues la pareja sin ninguna inhibición, se abrazan en medio de las viejas que se persignan como si vieran al propio Satanás. Se sientan en un parque, no muy alejado de los apartamentos muy característicos del lugar, las llantas de colores incrustadas en la tierra fueron un mueble decorativo para la pareja. La forma como interactuaban demostraba el afecto que se tienen desde hace un año y meses.
Él tiene la apariencia de un hombre de 24 años de edad, con una complexión gruesa, estatura promedio, ojos oscuros y pelo negro, aunque tan corto estilo militar. Ella tan solo con 20 años edad, a comparación de él es menuda, que con el frío tirita, se acomoda de tal forma que él la acoja en sus brazos. Está de pie frente a él, mientras la llanta color azul le sirve de asiento, el lugar de pronto se vuelve más silencioso y oscuro.
De pronto como a las 8:30 de la noche, un hombre por la espalda los ataca, con un cuchillo y como antes le dirían al objeto: peinilla. La joven lo ve llegar y antes de que se abalance hacia su novio, lo toma de la chaqueta y lo jala hacia ella. El hombre que es un ladrón evidentemente engancha al muchacho y como un instinto por ver el arma blanca a su espalda, se tumba al piso, lo toma de las muñecas y lucha a pesar de que el ladrón es de complexión delgada.
El hombre en medio del shock, le pide el celular, el joven le pide que lo suelte que se tranquilice. Su mano se dirige a su bolsillo y saca un Motorola de los que le dirían flecha y después se dirige a ella: que su mente está dispersa pues piensa que es una pesadilla, y le pide el suyo; ella de lo asustada no recuerda dónde lo puso, pero se lo da finalmente.
La gente no hizo nada después del hecho, la Policía paso cinco minutos antes del atraco, todo fue premeditado, y la gente viendo en sus casas la falsa realidad que muestra la iglesia.